Pocos lugares en el mundo generan tanta fascinación como la Isla de Pascua. Este pequeño trozo de tierra en medio del Pacífico, a medio camino entre la Polinesia y Chile, es uno de los más remotos de cualquier continente. La isla esconde un verdadero tesoro arqueológico formado por grandes estatuas de piedra: los moai. El origen y la historia de su asentamiento son todavía parcialmente desconocidos, algunos misterios permanecen.